“El argentino es muy mayusculero”, dijo una vez una colega traductora. Y suele ser verdad. 🫢
Ya sea por la influencia del inglés o porque se piensa que es la forma correcta de resaltar una palabra, la realidad es que en Argentina muchas personas abusan del uso de las mayúsculas.
Voy con un ejemplo de un texto literario:
«To the Pelican I gave a big bag of Pishlets. Pishlets, as you probably know, are bought by children who are unable to whistle a tune as they walk along the street but long to do so. They had a splendid effect upon the Pelican, for after he had put one of them into his beak and chewed it for a while, he suddenly started singing like a nightingale. This made him wildly excited because Pelicans are not song-birds. No Pelican had ever been known to whistle a tune before».
Este fragmento pertenece a 𝘛𝘩𝘦 𝘎𝘪𝘳𝘢𝘧𝘧𝘦, 𝘛𝘩𝘦 𝘗𝘦𝘭𝘪𝘤𝘢𝘯, 𝘢𝘯𝘥 𝘔𝘦 de Roald Dahl. En este caso, tanto la palabra “Pelican” como “Pishlets” aparecen en mayúsculas. Es probable que sea así porque son nombres propios: la palabra “Pelican” es el nombre del personaje y “Pishlets” el nombre de la golosina.
Listo, no hay problema. Traduzco cada instancia respetando la mayúscula.
Pues no, mi ciela. 💅🏻
Según el 𝘋𝘪𝘤𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘳𝘪𝘰 𝑝𝘢𝘯𝘩𝘪𝘴𝑝𝘢́𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘥𝘦 𝘥𝘶𝘥𝘢𝘴 (𝘋𝘗𝘋), «los nombres o expresiones comunes que se utilizan como antropónimos, tanto traducciones de nombres propios de otras lenguas (Toro Sentado, Águila Veloz) como 𝗻𝗼𝗺𝗯𝗿𝗲𝘀 𝗽𝗿𝗼𝗽𝗶𝗼𝘀 𝗱𝗲 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗳𝗮́𝗯𝘂𝗹𝗮𝘀 𝗼 𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗶𝗻𝗳𝗮𝗻𝘁𝗶𝗹𝗲𝘀, 𝗶𝗻𝗰𝗹𝘂𝗶𝗱𝗮𝘀 𝗹𝗮𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗮𝗻𝗶𝗺𝗮𝗹𝗲𝘀 (Caperucita Roja, el Gato con Botas) se escriben con mayúscula inicial. Por el contrario, se escriben con minúscula 𝗹𝗼𝘀 𝗻𝗼𝗺𝗯𝗿𝗲𝘀 𝗰𝗼𝗺𝘂𝗻𝗲𝘀 𝗲𝗻 𝗳𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗺𝗲𝗿𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗿𝗲𝗳𝗲𝗿𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮𝗹 (como «la liebre» y «la tortuga», en la fábula de ese título)».
En la última oración del fragmento, es probable que el narrador esté personificando a los pelícanos y por eso use la mayúscula. También es probable que forme parte de su estilo como escritor. Sin embargo, en español, no podríamos dejar la mayúscula porque en ambos casos no se está haciendo referencia al personaje, sino a la especie en general. Es decir, la palabra tiene una función meramente referencial.
Entonces, para respetar la normativa del español, debería traducir el primer “Pelican” respetando la mayúscula (porque se trata de un nombre propio) y, en la última oración, “Pelicans” y “Pelican” deberían dejarlos en minúscula en la traducción, porque son nombres comunes: “Esta circunstancia lo entusiasmó muchísimo, porque los pelícanos no son aves cantoras. Nunca antes se había oído que un pelícano entonara una melodía”.
¿Ustedes qué opinan? ¿Respetarían el estilo del autor en este caso? ¡Los/as leo en comentarios!